domingo, 28 de agosto de 2011
No era exactamente como esperaba verte, envuelta en esa camisa a cuadros que te quedaba excesivamente grande, con el cabello desordenado a causa de quizás que cosa que hubieses estado haciendo.
Te detuviste, pero seguías sin mirarme y tuve que acercarme a ti y obligarte a subir la cara.
sábado, 27 de agosto de 2011
El nombre ‘amatista’ proviene del griego amethystos (no borracho), ya que esta piedra era considerada un potente antídoto contra la embriaguez. Según la mitología griega, Dioniso, dios del vino y el desenfreno, pretendía a una doncella llamada Amethystos, la cual deseaba permanecer casta. La diosa Artemisa escuchó sus plegarias, y transformó a la mujer en una roca blanca. Dioniso, humillado, vertió vino sobre la roca a modo de disculpa, tiñendo así de púrpura los cristales.
viernes, 26 de agosto de 2011
jueves, 25 de agosto de 2011
martes, 23 de agosto de 2011
Instrucciones para salvar el odio eternamente
claro que no siempre ella está por la labor de creérselas...
Las despedidas tienen un protocolo que hace necesario mentir para no sentirse culpable o responsable del fracaso que supone que el amor se acabe... ¿sabes que es lo peor del amor cuando se acaba?... que se acaba.
Y aun así intentamos eludir la culpa y mentimos y seguimos mintiendo... y somos capaces de ir mas allá y decimos "no te preocupes...yo...yo estaré bien, yo lo que quiero... lo que siempre he querido es que seas feliz... ademas el tío con el que te vas... es un tío de puta madre"... bueno... y tu y yo sabemos que no es cierto...
Pero aun así decimos que es un tío que te cagas... o un buen hombre... no digáis nunca de mi que soy un buen hombre por favor...
Caperucita - Ismael Serrano
Caperucita sólo tiene dieciséis
primaveras sin flores, papá le dice: "Ven.
Caperucita eres joven y tienes que aprender
a ocuparte de la casa, que serás una mujer.
Para que seas buena esposa
y no envejezcas sola,
en la cama y la cocina has de saber
alegrar a tu marido y cuidar a cada hijo,
que te atrapa tu destino,
que has de ser madre y esposa".
Y la pobre Caperucita llora.
"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".
Una fría tarde Caperucita iba
a casa de su abuela a llevarle comida,
cuando se encontró con un lobo feroz.
"Dime dónde vas niña, que te acompaño yo".
La muchacha se supo perdida.
Gritaba Caperucita
mientras la devoraba el lobo.
Bajo la falda del vestido
estallaron los dormidos
sueños que en la noche
la mantenían viva. Pobre Caperucita.
"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad".
Una gris mañana Caperucita se casó,
vestida de blanco, bella como una flor.
Su marido, muy elegante, otro lobo feroz,
y su padre orgulloso lloraba de emoción.
Ahora cada noche el lobo la devora,
clava sus dientes, y llora
Caperucita mientras espera a que un aullido
le diga que el dormido animal despertó.
Después descansa tranquilo el malvado lobo feroz.
La cara de Caperucita alumbra una sonrisa
mientras mece una cuna. En ella está una niña,
quizás futura oveja para un lobo feroz,
a no ser que afortunada la rescate tu amor.
Caperucita la arrulla contra el pecho
y un murmullo lento y lleno
de esperanza y vida,
canta Caperucita.
"Quiero volar, lejos de aquí escapar.
Dime, mi bien, quién me llorará
si me dan alas y echo a volar.
Quiero dormir, no quiero despertar,
quiero ser la lluvia al otro lado del cristal,
quizás alguien me espere en la oscuridad.
Quiero volar".